Las zonas costeras, son sitios de gran riqueza natural, con importantes ecosistemas altamente productivos, como manglares, arrecifes coralinos, pastos marinos, entre otros que les sitúa como zonas de importancia ambiental, socio-económica y natural. Costa Rica, tiene un registro aproximado de 6700 especies marinas, representando el 3,5% reportadas a nivel mundial.
Con el paso del tiempo, vemos una realidad en la cual se hace efectiva la teoría de que cada acción tiene su reacción, los recursos marino-costeros han disminuido considerablemente; los arrecifes coralinos, los manglares, rodolitos y demás ecosistemas que se pueden denominar los ingenieros naturales marino-costeros, disminuyen su biomasa en el área de cobertura a una velocidad impresionante; la erosión de las costas es cada vez más notable, así como el aumento del nivel del mar; el cambio climático tiene preocupados a los incrédulos y la situación socio-económica de los pescadores y usuarios en general se vuelve cada vez un reto.
Las zonas costeras han sido rezagadas por un largo tiempo, en cuanto la toma de decisiones, por lo que las personas se han dedicado a actividades de subsistencia y el comercio ilimitado de los recursos bajo el principio de ser recursos ilimitados y suyos.
La investigación es la prueba de que hay cambios y en su mayoría negativos, la investigación entra en juego para generar información valiosa para la toma de decisiones, porque las decisiones que se tomen son claves para el presente y aún más para el futuro; las comunidades costeras o bien, los usuarios, los más importantes en este juego, ven la importancia de la ciencia pero no les brinda soluciones inmediatas, a pesar de que saben que aplicando el conocimiento que genera pueden mejorar la situación del recurso, pero con los datos obtenidos no pueden comer, hay mucha competencia y no hay limites; entonces, entra al juego el gobierno, con sus respectivas instituciones, aquellas que tienen poder, aquellas que toman las decisiones, pero que por motivo de una larga ausencia no saben como responder a la problemática, causada por falta de educación, falta de información, falta de ganas, falta de liderazgo, todo es por falta de presencia. Entonces, la situación se complica, porque las decisiones se toman sin ser estudiadas, se toman sin ser integrales y se abusa los derechos de los usuarios legendarios de estos recursos, se les imponer dejar su actividad o se les permite acceder recursos altamente amenazados sólo para responder de alguna manera.
¿Tomar decisiones aceleradas, decisiones que se oponen a los criterios de los científicos tanto de la academia como de campo, no es peor que la larga ausencia en los años anteriores? Sí es peor, ya que los recursos marino-costeros están mal, la situación de las comunidades y usuarios de estos recursos está mal; los recursos son pocos y los que están, es bajo amenaza. Si mediante consultas, estudio y lectura se puede identificar las actividades que más generan daños en el medio marino-costero, si se puede identificar los grandes vacíos de organización costera y de modo integral crear estrategias que busquen el desarrollo sostenible, ¿por qué buscar las rutas fáciles? que por supuesto no son efectivas, ¿por qué la solución es acabar con la población de una especie especifica? que a mediano plazo generará la extinción de sus especies dependientes en la cadena trófica, ¿por qué jugar con las personas que están preocupadas por lo que viven cada día? el juego es entre los principales actores mencionados: usuarios, investigadores, organizaciones y gobierno, no del modo que se está ejecutando.
Claramente, la toma de decisiones en zonas costeras no es un juego, pero en Costa Rica eso parece la mayor parte del tiempo, un juego, en donde las zonas costeras pierden mientras aumentan sus niveles de pobreza y desempleo, en donde las costas siguen perdiendo sus recursos y el mar sigue muriendo. Sigue perdiendo el país, seguimos perdiendo todos.
En Costa Rica, se debe priorizar la situación marino-costera, se debe priorizar acciones efectivas que conserven los recursos a largo plazo para asegurarlos a todas estas personas usuarias, así como para el bienestar marino-costero.
Es importante recordar que Costa Rica es 10 veces más agua que tierra, con una extensión de 589000km2, y ésta cifra, además de ser riqueza natural para el país, es una gran responsabilidad que debe ser asumida integralmente. Se debe hacer un inventario de actores, con metas a corto plazo con focos efectivos de trabajo tanto a nivel socio-económico como marino-costero.
Tatiana Villalobos Cubero
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